lunes, 22 de junio de 2020

Mi vida con hipofosfatasia, Leticia.

Buenas noches amigos,
Hoy queremos compartir con vosotros el testimonio de Leticia. Ella vive en Madrid junto a sus padres y hermano y recientemente ha sido diagnosticada de hipofosfatasia, una enfermedad de las denominadas ultra raras. Para AERyOH, conocer a Leticia y a su familia ha sido un rayo de luz, una bendición, otro motivo más por el que luchar y darlo todo. El cariño y apoyo que nos dan es muy reconfortante, como una taza de café caliente en un frío día de invierno.

A día de hoy Leticia no se encuentra bien de salud y esperamos que al compartir su testimonio en este humilde blog, la podamos sacar una sonrisa de alegría, mandarla un fuerte abrazo desde la distancia y nuestro más sincero deseo de que se recupere pronto, porque luchamos por ella y haremos todo lo posible por ella.

Un abrazo gigante luchadora.

"Hoy quiero compartir mi experiencia y mi situación con todas aquellas personas que pasen por algo parecido a lo mío, o no, o simplemente que quieran leer.
Tengo muchos recuerdos de mi infancia, la mayoría en hospitales o con escayolas. Aunque también tengo muchos recuerdos bonitos de viajes familiares. Cuando era pequeña, no era muy consciente de lo que pasaba en cuanto a mi salud o de que los niños se reían de mí pero cuando te vas haciendo mayor, te vas preguntando ciertas cosas y las respuestas duelen. 



Creo que había sido consciente de cada una de mis operaciones hasta cumplir los 11 años, pero lo llevaba bien. Aquel verano del 2002 me sometería a una de las operaciones más duras físicamente y la que me marcó psicológicamente para el resto de mi vida. Me operaban de alargamiento de los dos fémures en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Por aquel entonces no estábamos informados de mi verdadero diagnóstico y creíamos que teniendo acondroplasia o displasia mesomélica tipo langer como le denominaban los médicos, lo mejor para tener una mayor calidad de vida era alagarme ambos fémures y crecer unos centímetros. Pero qué equivocados estábamos, sobre todo los médicos.
Aquella cirugía supuso mi debilidad total en los huesos, supuso mis 4 años en silla de ruedas, supuso mi infección de hueso en la que casi pierdo la pierna... y supuso tres fracturas de fémur, muchos llantos, perder amistades, no poder ir al instituto, pero sobretodo mucho dolor físico. Pero también tuve la oportunidad de conocer gente maravillosa en aquella etapa de tanto dolor no sólo físico sino también emocional y que a día de hoy sigo teniendo contacto con ellos, conocer niños que estaban pasando por cosas parecidas a lo mío y nos entendíamos muy bien, sabíamos lo que suponía estar meses y meses ingresados en un hospital. Lo mejor era el Cola Cao de las 11 de la noche, las charlas con los compañeros de habitación y cuando había teatro y manualidades. Los libros que leía, las aventuras que nos inventábamos imaginarias....


Recuerdo también que conocimos a una enfermera que nos daba la vida con sus bromas y que nos ayudó muchísimo estando en el hospital, a mi amiga Irene de Galicia con la que compartí habitación durante 3 meses y esas cartas que después nos mandábamos; las esperaba como agua de mayo con sus fotos. Irene siempre me decía que tenía que llamar a mi madrina “madrina”, que para eso lo era. Me marcó muchísimo cuando en una de las curas que me hacían, ella lloraba mucho sujetando mi peluche y pedía que no me hicieran daño. A día de hoy cuento con ella porque nunca me suelta. Es tan bonita por dentro y por fuera y lucha tanto con sus problemas que conocerla merece la pena. Ella es valiente y guerrera. 
El mejor día era los domingos, cuando venía mi hermanito pequeño al que ahora con 22 años que tiene le agradezco tantas cosas que hace por mí y lo mucho que me río con él. Recibía cartas de mis primos y cuando me traían migas de mi pueblo echas por mi “madrina”, jugaba a las enfermeras, con mi abuela Francisca y mi tío José que siempre acudía todas las noches a alegrarnos un poco la estancia. 


Aquella etapa terminó saliendo de aquella silla de ruedas, empecé de nuevo a ir al colegio, pero todo era diferente. Yo había perdido 2 años y por ende a mis amigos de primaria, aquellos profes que ahora eran distintos en la E.S.O. Se avecinaba otra etapa dura pero esta lo sería psicológicamente. Yo volví más tímida, más miedosa, más insegura y aquellos adolescentes eran lobos esperando a hacerte algo. No tuve ayuda ninguna de mis compañeros de clase ni de los profesores. Sufría bullying, comentarios feos, risas malas. Aun así, de aquel desastre conseguí llevarme 3 amigos que a día de hoy están al pie del cañón. Cuando nos fuimos de ese colegio y cada uno tuvo caminos diferentes, todo nos fue mejor tanto académica como personalmente. Nuestros caminos se separaron, pero nosotros éramos los mismos, los del barrio. Pongo la mano en el fuego por que si algún día uno de nosotros no vive en España, no pasa nada, si ocurre algo somos capaces de coger el primer vuelo y estar con el otro. Aprendí y sigo aprendiendo tanto de vosotros que, no tengo palabras de agradecimiento. 


Mis ganas por estudiar, por hacer amigos, cambiaron muchísimo en cuanto me fui de aquel oscuro lugar. Tengo 3 grados superiores realizados y de cada uno de ellos me llevo personas, profesores y vivencias.  De siempre he encontrado en la escritura otra forma de expresarme, de hacer terapia, de ser yo y a día de hoy es una de las cosas que me anima a sobrellevar toda mi enfermedad. 
Conocí a mi “María”, a ella la conozco de otra vida, estoy segura. Estábamos destinadas a juntarnos y querernos como lo hacemos. Ella es pura luz, y pura humanidad. Me ha defendido como nadie y me ayuda muchísimo. A veces pienso que no merezco gente tan buena como ella a mi lado porque es lo mejor que me ha pasado. 

Cuando estaba creciendo, haciendo mi vida, mi salud me da otro duro golpe. Notaba cansancio por todo el cuerpo, dolores en sitios que nunca había tenido, mareos, empecé a tener insomnio y a perder el equilibrio. Y por mucho que le quieras explicar a las personas lo que te pasa; ellos te salen con que no será para tanto, que eres una floja. Sé que es difícil ponerse en la situación de alguien que tiene dolor por todo el cuerpo constantemente, pero no se hacen una idea de lo que eso te para la vida. 


Descubrir que había estado mal diagnosticada durante 27 años y que mi enfermedad, hipofosfatasa congénita, es una enfermedad catalogada como ultra rara, que algunas de las cirugías realizadas durante mi vida me han empeorado incluso, es duro. Te alivia ponerle nombre a lo que te pasa porque fue un año eterno de pruebas, pero es duro y más cuando te dicen que hay tratamiento pero que en España no se comercializa y que al ser adulta ya es más complicado que me lo puedan dar. Ahí tu mundo se desmorona porque yo ya no podía casi caminar de nuevo, moverme me cuesta horrores, vestirme sola ya ni puedo, las escaleras ni verlas... Tengo varias fracturas por el cuerpo, lo que me impide moverme bien y evidentemente mucho dolor. Además, que esta enfermedad deriva en más patologías y te vas apagando con el paso del tiempo ya que es degenerativa también. Te vas haciendo mayor y empeoras. Con 12 años yo ya tenía osteoporosis y artrosis. Llevo 29 cirugías y mucho dolor aguantado. 
Yo ya no sé lo que es salir a la calle sola, no sé lo que es hacer viajes, no sé lo que es aguantar de pie más de 10 minutos. Que con 28 años lleve la mitad de mi vida dependiendo de mis padres y que mi madre muchas veces tenga que hasta limpiarme mis partes íntimas y ducharme me desespera. Le tengo miedo al futuro, a que va a ser de mi si en algún momento mi familia falta. He tenido que dejar mis estudios porque el dolor no me deja seguir y porque me paso todos los días en el hospital, entonces ¿voy a poder trabajar algún día y ser independiente económicamente? Mis padres la mayoría de veces tienen que dejar sus trabajos para acompañarme y para estar conmigo en mis largas estancias en el hospital. Y así desde que nací. 
Con mi testimonio quiero hacerles sentir que, si pasan por algo así, no están solos. Acudan a especialistas de salud mental porque es necesario hablar de todo esto, acudan a asociaciones de pacientes en las que traten su enfermedad, porque ahí te ayudan muchísimo. Para mí y mi familia descubrir AERyOH ha sido toda una ayuda para entender el proceso de mi enfermedad, para no sentirnos solos, para recibir ayuda y por el cariño que nos dan. 


Y sobre todo, por favor, demos visibilidad a las enfermedades raras, invisibles, porque se necesita mucha más investigación, más tratamientos, más ayudas económicas para quienes las padecemos. El mundo se ha parado, pero nosotros y nuestra enfermedad sigue, no nos da tregua. Luchemos por un tratamiento justo para nuestra calidad de vida. Luchemos por una vida sin dolor o al menos tanto dolor. Luchemos por ser iguales. 

Mientras escribo esto los dedos ya me empiezan a doler, las rodillas se están resintiendo y la cabeza me va a explotar. Una enfermedad rara te cambia la vida en todos los sentidos, pero te hace ser quien eres y a día de hoy con mucha ayuda profesional, estoy orgullosa de mi lucha y de quien soy. 



Quiero agradecer a la asociación AERyOH por darme la oportunidad de escribir en este blog parte de mi vida, a toda mi familia por estar al pie del cañón, a mis amigos por quererme tal cual soy y no hacer diferencias y tratarme siempre como una más. A mis padres por su apoyo, por el amor que me dan, la educación que me han dado, por darme prioridad ante otras cosas en sus vidas, por aquellas curas que me hacían y por apostar por mí. A mi hermano porque me hace la vida más amena y a mi segunda campeona de la familia, que en ella encontrado tranquilidad y amor."

11 comentarios:

  1. Gracias Leticia por compartir tu experiencia. Gracias por ser un ejemplo de fortaleza a seguir. Sabes que puedes contar con la familia AERyOH y conmigo personalmente, para todo lo que necesites.
    Eres una persona maravillosa. Mucho ánimo y espero que pronto encuentres Consuelo a tus Dolores y problemas de salud.
    Te deseo lo mejor.
    Besos

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    1. Sé que puedo contar con vosotros. Muchísimas gracias por todo familia :)

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  2. Letii no te preocupes por el futuro por que me vas a tener siempre jamás te dejaré sola, te quiero muchísimo ❤️��

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  3. Gracias a vosotros por todo lo que nos ayudais y por dejarme escribir un trocito de mi en vuestro magnífico blog. Besos

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  4. Mi niña bonita eres todo corazón, me emociono tanto esas palabras. Jamás te soltare la mano estoy ahí la hora que sea, día, momento y lugar pero solo para ti porque mereces eso y más!! Que tu puedes con todo que eres una gran guerrera y puedes con todo eres mi luchadora favorita! Te quiero mucho jamás dudes de que estoy ahí aunque sea a km estoy ahí mi niña bonita! Sonríe siempre que la gente necesita esa luz que trae tu sonrisa! 🖤👑

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    1. Gracias amiga. Siempre en la distancia pero más unidas que nunca. No hace falta km para saber lo que nos queremos. Eres mi guerrera y nunca nos soltaremos.

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  5. Muchísima fuerza, Leti!! Te quiero un montón! Estaré a tu lado (aunque nos veamos de pascuas a ramos) jejeje.

    Un besazo!!

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  6. Que bien escribes Leticia!
    Llegas tanto, tan profundo,,,,que leerte es quedarse a vivir contigo. Libérate del sufrimiento a través de la escritura. No cura pero alivia
    Tu experiencia puede servir de ayuda a muchas más personas de las que imaginas.
    Mezclas el dolor con la ternura, con las risas, el desaliento con las energías y las ganas de vivir. Quédate con el presente, aunque te entiendo. Aprovecha esos ratos buenos o regulares para hacer lo que más te guste. porque es lo único que existe, presente.
    A veces el cuerpo puede ser una cárcel en la que una persona se puede sentir atrapada. Pero dónde está la esencia de una persona? Para nada en el cuerpo, porque tarde o temprano se deteriora,,,,y nos quedamos con lo que de verdad somos.
    Los malditos dolores, esos si que hay que torearlos con un buen capote. Me consta que sabes convivir con ellos, pero hay temporadas tremendas y hay que sentirse apoyado/a para llevarlo mejor. Y ahí estaremos siempre.
    Tienes una familia preciosa, disfrútala y apóyate mucho en ella y en lo que te haga feliz. Y nunca pierdad la esperanza de encontrar la mejoría, aunque cueste mucha lucha.
    Un beso guapetona!!

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    1. Muchas gracias por tus bonitas palabras.
      Un beso grande

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